03 septiembre 2007

Amante

Amante es una palabra vilipendiada, señalada y condenada por la sociedad y la religión; es una palabra subversiva, enérgica y subterránea; es una palabra divina, hermosa, frágil, fuerte y sincera.

Amante no es concepto para ser confundido, ni comparado, con las grotescas definiciones: “la moza o el mozo”, el “otro”, la “otra”. Aún así, si su aparición está vinculada con el tambalear de una relación institucionalizada, el problema son los puntos de vista morales, sociales y sentimentales, de quienes, individualmente, participan en este juego. Eso no es un problema de los amantes.

Amante es una palabra hermosa porque designa a quien es capaz de amar. Amante es quien se disuelve en el amor en una entrega ideal; pero, no el amor manoseado, estúpido y cursi (aunque el amor suele ser cursi, estúpido y, sobretodo, glorioso). Amante es quien se desborda en el amor, sin compromisos, en un acto de entrega y sacrificio total. Es reconocer y reconocerse en el otro. Es respetarse y respetarlo. Amante es quien encuentra a Dios en el alma humana de quien ama. El amante es un artista porque el amar es un arte en sí mismo.

1 Íncubos o Súcubos:

Francisco Pereira dijo...

Inclino mi cabeza en señal de total y absoluta aceptación de sus palabras.